Begoña Morales
1. ¿Cómo y cuándo nació tu interés por el arte?
Influyó el hecho de que mi madre tuviera su negocio en casa, un taller de marcos y restauraciones, pude ver de cerca obras de arte de todo tipo desfilando por ahí, desde telas precolombinas Paracas hasta el cuadro del pintor de moda. Pero mi interés por el espacio fue algo que relacioné después con las constantes mudanzas que viví con mi familia; acompañé a mi padre en su sueño de hacer una granja y vivir en el campo a las afueras de la ciudad en Pachacamac. Mi madre en cambio solía rentar casas gigantes de tres pisos en las que dejaba partes sin amueblar, totalmente vacías. En los 90s logró comprar un terreno y ella misma fue construyendo la que ahora es nuestra casa, cuarto por cuarto en relación a la economía familiar.
2. ¿Cuáles son los principales temas que te interesan?
La interacción entre imaginario popular y arquitectura. La casa como espacio de deseo y expectativa social.
3. ¿Cuál consideras que es la función del arte?
Yo lo entiendo como un espacio en movimiento, inestable, inconforme y autocrítico que manifiesta a escala social este aspecto humano de no querer especificarse o definirse nunca de manera definitiva.
4. ¿Qué técnicas y materiales utilizas y cómo se adaptan a tus intereses e ideas?
Me gusta estudiar los planos de los espacios con los que voy a trabajar y muchas veces hago maquetas de ellos; eso me permite entender mejor la organización del espacio e imaginar las ideas que podrían estar sustentando sus formas, lo que me permite establecer una especie de diálogo con el espacio. Las maquetas para mí son ideas que guardan una relación matemática con la realidad y establecen una relación contradictoria con el espectador en cuanto a que tienen una presencia física y ésta a la vez sólo plantea una proyección mental.
Algo parecido me parece que sucede al suspender objetos o mostrar fragmentos que exigen un espectador activo que les de cierta continuidad a nivel mental. En cuanto a los materiales, me interesa considerar sus contenidos y cualidades como parte de la obra.
5. ¿Puedes describir la evolución de tu práctica durante los últimos años?
Creo que cada vez me interesa incluir más niveles de significado en la obra. También hay un mayor interés por la desmaterialización de la obra, por llegar a definir espacios a partir del imaginario y a la vez poder remitir a situaciones específicas de la realidad.
6. ¿Cuál es la metodología de tu proceso creativo?
Me interesa investigar, leer sobre el tema o el objeto con el que quiero trabajar, pero también me interesa considerar todo aquello que “se dice” de él, el chisme o el imaginario que rodea a ese objeto y que de alguna manera también lo crea.
Muchas veces me ha interesado abordar los objetos o temas desde la idea de recorrido, un recorrido muchas veces fragmentado en instantes temporales, creo que esto mantiene la obra en un nivel de pregunta y trasciende el objeto, el objeto adquiere una cualidad temporal que refiere a nuestra manera de relacionarnos con el mundo, con el tiempo.
7. ¿A qué tipo de público te diriges y de qué manera esperas que interactúen con tu trabajo?
Es difícil, creo que el público en general desconfía del arte contemporáneo, no se deja llevar por él, pero creo que el problema le pertenece más al sistema educativo que al arte contemporáneo. En el proceso de hacer una pieza pienso mucho en mis libros, en las discusiones con mis amigos, con mis maestros cuando estuve en la escuela, en mí misma como espectador, creo que mi obra va dirigida en primer lugar a todo eso.
8. ¿Puedes enumerar determinados artistas que hayan influido particularmente en tu obra? ¿De qué manera? ¿Te sientes identificado con algún artista de la actualidad?
Me interesa en general el momento en que los artistas de los años sesenta del Arte de la Tierra regresan a la galería, más que percibirlo como algún tipo de fracaso me parece que abrió nuevas maneras de abordar el arte. La intervenciones en el paisaje llegan a la galería en forma de documentos fotográficos, mapas señalizados o fragmentos del espacio exterior que establecen una dialéctica entre espacio interior y exterior. Bruce Nauman, la idea del modelo como objeto presente que evoca otra pieza a nivel mental, fue una propuesta que hizo en 1978 para la exposición que Ace Gallery, Vancouver. Vito Acconci, creo que le da un lugar a este espacio psicológico del individuo. Mike Kelley creo que regresa cualquier idea de trascendencia metafísica del arte culto a un nivel mucho más humano, psicológico y popular. También Dan Graham, su libro “Rock, mi religión”, Gordon Matta-Clark, Jimmie Durham, su libro, “Entre el mueble y el inmueble (entre una roca y un lugar sólido)”. Actualmente me interesan artistas como Roman Ondak o Guy Ben-Ner.
9. ¿Qué libros o textos son una referencia importante en tu proceso de investigación?
Rosalind Kraus “La escultura en el campo expandido”
Marshall Berman “Todo lo sólido se desvanece en el aire”
Juan Antonio Ramírez, “La arquitectura en el cine”
Edward T. Hall “El lenguaje silencioso”
Didi Huberman “Lo que vemos lo que nos mira”
10. ¿Consideras que tu obra está relacionada con el contexto político y social de México? ¿De qué manera?
Llegué a México en el 99, con una gran decepción respecto a las propuestas políticas, la guerra civil con Sendero Luminoso y el MRTA en el Perú; fue algo que decepcionó a muchos jóvenes de mi generación que habíamos sido educados con ciertos ideales de corte comunista. En México, esto se unió a una reflexión sobre ser extrajera, sobre el migrante, el vagabundo, las periferias, sobre todo aquello que no tiene lugar, desde ahí empecé a abordar el espacio.
11. ¿Qué piensas del estado actual del arte en México? ¿Qué artistas admiras? ¿Y espacios de arte?
Creo que están sucediendo muchas cosas interesantes, tanto a nivel de museos e instituciones culturales, como también de galerías que han mostrado exposiciones muy arriesgadas en estos últimos años, pero creo que hay un desbalance en la discusión sobre ellos; sería importante que aparecieran más escritores, textos críticos, revistas de discusión artística, que den fe y alguna trascendencia a éstos eventos.
Admiro a muchísimos artistas como Paola de Anda, Jimena Mendoza, Mayte de la Torre, Alejandro Almanza, Marion Sosa, Pablo rasgado, Alejandro Palomino y también de generaciones anteriores a mi como Abraham Cruz Villegas, Yoshua Okón o Luis Felipe Ortega.
12. ¿Cómo ha funcionado para ti el sistema educativo del arte en México?
Tuve la suerte de encontrar muy buenos maestros. La Esmeralda (CNA) que yo conocí era una escuela sin una postura clara en su plan de estudios, un espacio que más bien congregaba posturas contradictorias respecto al arte; creo que, extrañamente, esto fue muy positivo, porque generaba una actitud crítica en relación a la información dada y un deseo personal de búsqueda.
13. ¿Cuáles han sido para ti los cambios más notables del sistema del arte en México en los últimos años?
La aparición de la feria de arte MACO en el 2004 trajo mucho interés internacional, pero también un sistema de mercado que tiende a definir la validez del producto en relación a la demanda y promueve la aparición de galerías con fines comerciales a corto plazo. Tal vez por lo mismo, como una manera de contrarrestar lo anterior, es que empiezan a aparecer algunos espacios de discusión independientes como Soma, Rotatorio o Nerivela. Creo que algo que fue muy importante para mi generación fue el hecho de que algunos curadores y museos empezaran a interesarse en conocer y hacer espacio a artistas jóvenes.
14. ¿Cómo definirías tu situación profesional actual y cuáles son tus expectativas?
Es difícil la palabra “profesional” en el arte, creo que siempre hay una especie de inestabilidad. En los dos últimos años he tenido oportunidades de exponer mi obra y aprender de ello, eso me gusta, pero no tengo expectativas respecto a mi trabajo, lo más importante para mí es estar involucrada con mi obra, con mis procesos y tratar de generarme situaciones para que eso pueda seguir sucediendo.